Cosas terribles

En la noche imagino cosas terribles y gozo

Una piraña devorando a una maestra jardinera

Un huevo que da a luz lagartos con piel de diamante  y

A vos

Envuelto en mi, queriendo recordarme sin éxito

Asesinándome, sin éxito

Tu voz buscando otro dueño, en mi imaginación lucubra y en mi boca cae

Una boca te adhiere a la piel naranja del enfermo

La noche te busca para invitarte a las afueras de su casa

Y otra vez, te doy la bienvenida a mi jardín.

Canción sin amigos.

Tu mirada con miedo/  un morbo  sin muerto

Fusil en el viento / mentiste por juego

Mordiste  y gozamos pero;

Vampiro en la cuna

Perros de caza

Ganancia ninguna

Te fuiste sin saludar  y te voy a alcanzar

En el camino me  dejaste un cuerpo

Un profeta devorado por los perros

Soy  la furia encarnada

Y me manchaste la cara

 

Tu mirada con miedo / una cosecha sin vuelo

Fusil en el viento /  un cuento en el fuego

Mordiste y gozamos pero:

Vampiro en la cuna

Perros de caza

Ganancia ninguna

Te afilaste los dedos y saliste a matar

Con veneno nos bañaste  pero te voy a alcanzar

Tengo la furia encarnada

Y perfumaste una daga

 

Como la inocencia prestada / se te acaban las armas

Fusil en el viento/  se te acaban las armas

Me desnudaste las ganas pero:

Vampiro en la cuna

Perros de caza

Ganancia ninguna

Lanzallamas de acuario

Lanzallamas de acuario
Violento nutrir merecen los húmedos
Soy el nadie que todos recuerdan
Nefasto en ternura nací primero
Soy el lanzallamas de acuario
Aquellos que juzgan merecen inundarse
En fuego violeta
Quemar el cielo y dañar a algún dios temible
Mi misión
Guerrero de estrella y lanza jarrón
Acuario me ilumina la sangre
Coral de espejos, ranas aterciopeladas
Mi hogar, empresa de batalla y muerte
Soy el lanzallamas de acuario
Jauría de arpones quieren quemar el cielo
Arriba los ángeles tiemblan fluidos
Comenzó la guerra de los nutridos
La luna me rinde culto
Por eso será castigada
Vengare su sombra comiéndome alas de ángel
Mis manos amasan llamas
Nadie tiene derecho a mirarme
Soy honor perdido en la selva eléctrica
Pelea milenaria contra jerarquía cruel
Sagrado monumento a la muerte
Abro el cielo
Gran capa de sangre en el aire
Lanzallamas de acuario
Se mueren las plumas
Me mancho con un dios temible
Declinan los turbios senderos
El monarca divino escapa
Soy el lanzallamas de acuario
Guerrero sutil de veneno caliente
Enemigo de los dioses

Me había casad…

Minientrada

Me había casado con dragones. Limpiaba los vicios encarnados en sus colmillos, de esta manera me perdonaban la vida un día más. Fue feliz recortando atardeceres en sus escamas mientras ellos construían un canto a la luna. Esta luna un día sera un bebe reptil dispuesto a estallar del huevo ácido que todos, con sus ojos color rubí, miraban fijo en mi vientre. Una vez nacido el rey, la madre llora devorada.

Error de espectro.

En el sótano de algunas casas  espectros encerraban traumas de los humanos. Los coleccionaban como mascotas en jaulas invisibles. Nadie  tenía permitido hablarles ni darles de comer pues todos sabemos que el trauma puede succionar lo que sea para poder ser real. Un espectro joven cometió este chistoso error; confundió a un humano con un trauma y lo encerró en el sótano con los otros. Estos saltaron sobre el succionando hasta sus gritos. Solo quedo un pedazo de miedo y piel.

Un kimono en el jardín japones

Mi día fue un puñado de momentos olvidables, de contracturas en la espalda y en el cuello. La música repetida irradia una humedad que hace eco no solo en mis oídos sino en mis pretensiones, mi pretensión de salir de la silla al menos. Nada de eso pasa. Me quedo todo el día vagando en un pensamiento y culpándome por un libro que no leí.

Mi sueño es volverla a ver envuelta en un kimono en el jardín japones. Todo el tiempo pienso lo mismo con distintas graduaciones de color y densidad en la imagen que mi mente construye. Quiero que sobre un kimono azul me diga las palabras mas tristes que un hombre pudiera escuchar, quiero alimentar a los peces con pedazos de la médula rebanada, rebanada por ella., por que es tan sutil para esas cosas. Sabe cuando quiero que me haga sufrir. De la silla todavía ni me moví.

Hace unos años que perdí contacto con ella  y al principio estuvo bien que así fuera, después no. Ningún después nace del bien. Le había regalado un kimono azul, no me acuerdo donde lo compre, ella  si. Le quedaba como una acuarela viva que nadaba la piel, su piel y nunca mi piel. Creo que lo nuestro nunca fue amor por que cuando le quise dar un beso por primera vez me dijo que lo nuestro pasaba por otro lado,por el lado de decirnos cosas lindas y vivir situaciones que no fueran tensas. Por que la tensión lo arruina todo, me decía. Había poesía en sus meriendas  pero no era mas que eso, eso que no se que es pero que se muestra como embudo negro y lo vuelve a  uno húmedo, húmedo de mente y cuerpo. La tengo pegada a mi mente como una mancha de vino en un libro viejo. Quería ver como le quedaba el kimono azul entre el viento de sus piernas y la luz de sus hombro. Nunca fuimos al jardín japones. La primavera moría y ella conoció a alguien. No quiso explicarme mucho, me dijo que se tomaba un tiempo para resolver algo que todavía su cabeza no podía definir. Nos despedimos y no hubo un después. Me quede parado unos minutos, empuñe al aire contraído en el pecho y seguí de largo.

De la silla todavía no me moví y no creo que lo haga. No me molesta, estoy coloreando un pensamiento: volverla a ver envuelta en un kimono en el jardín japones.

El rezo

Mi iglesia es un rosario hecho con cangrejos

me resuena en el vientre tu mermelada

divina y fría, digna de un dueño

obsesiones son los besos que yo confieso

Camino tibia

pétalos  cubren un crimen

luego yo siempre te rezo

estamos trabajando para purificar a los cangrejos, para limpiar las manchas de la vergüenza

aquí el deseo no ha dicho nada

no tengas miedo ya le dije que calle

vuelvo a rezarle a los cangrejos.

Magia torpe y genital sudaron sus manos

me acaricio un pulpo negro la humedad de mis caderas

yo era joven como  humedad después de la lluvia

su mirada aterrizo en mi espalda

masticada supe que no hay otro camino que llorar en la iglesia.

Mi iglesia es un rosario hecho con cangrejos

están comiendo lo que estoy confesando

para digerir la culpa hace falta buena plegaria

nada nuevo ofrece el perdón pero es un alivio mas

para el alimento que pudre la emoción.

Le conté a mi madre la triste jornada, solo pudo llorar

tres cuartos de nada

sus labios tenían pedazos de cangrejos y todos gritaban:

Dedícale una vida al miedo y yo te obsequio un silencio

nunca más

volví a decir otra palabra que no fuera rezo.

Para las flores.

 Eramos un jardín de gritos donde los animales tenían forma de nube y bebían de un lago que profesaba: nada es real, todo es sensible al ojo de alguien mas. Cada vez que florecía un susurro aves con cabeza de hombre cantaban al cielo una canción para celebrar el acontecimiento. El jardín de gritos callaba un momento y luego los pájaros sumergían sus cuerpos en lava de volcán sagrado y así se daba por terminado el festejo. La muerte era un brillo que hacia enojar a los animales nubes y sus cuerpos nerviosos estallaban en una tormenta eléctrica. Esta quemaba al bosque y espantadas las flores no gritaban, devoraban a otras mas pequeñas que si gritaban y lloraban. La fauna que se salvaba al incendio intento aparearse,entre dolor y humo, con la otra carne viva que sobrevivió a la fantasía del fuego pero no pudo ser. Así se construía una tragedia bella en nuestros dientes de plata, en el filo del alma oculta en un panal de ratas. El lago se mofo de nosotros con tanta intensidad que volvimos a nacer. Nacimos con la vergüenza tatuada en los pétalos que nos adornaban. Habíamos ganado otro espacio pero no eramos el mismo jardín de antes, nada nunca fue lo que pudo ser antes. 

Ellos.

Ellos sabían cosas que sucedieron en la mandíbula de nuestro hogar. Ellos conocían unos colmillos que todas las noches azotaban a los búhos. Las aves nos querían advertir,ayudar. Nadie nunca se atrevió a decir una palabra. Había un secreto que servia de cortina en las ventanas viejas y ellos sabían cosas que nosotros nunca podríamos pronunciar, cosas que harían a un espectro mudo llorar.

Virtud del fauno.

Cuando era  bebe, un fauno me besó el cuello y me reveló un gran secreto al oído. Los días más puros de mi infancia los viví entre rosales de espuma con pájaros mudos, con un secreto florecido. Una vez supe crecer, volverme un joven limón en la espesura de la pradera, ser bello en soledad.  Busqué cariño en el barro que se forma después de la lluvia, ese que todos tienen miedo de pisar. Me ensucié y aprendí a limpiarme. Otra vez soy bello en soledad. El diablo apuntó a las rosas del jardín, las pretendió con total elegancia, con la luna llovida corriendo por mi espalda vi el cortejo. Un día cuando los fantasmas emigren al sur yo te hablaré de mi secreto, de las penas que florecen en los finales felices, de todo eso que nace y alguna vez acaba. Joven limón fue el designio con el que me bautizaron los faunos. Ellos no eran mis padres pero se comportaron como tales hasta la noche en que los traicioné. Supe comérmelos a todos, a mi padre fauno, a mi hermano fauno, a mi secreto fauno. Los lloré arrepentido, con cierto aire provocador y triunfante pero los lloré. Entre las nubes que fueron nuestros dioses, pronuncio el delicado secreto porque ya nada tengo que perder, por que no existe música que me pueda reverdecer. El fauno me dijo cuando era bebe: nunca nos amarás pero a nosotros eso jamás nos hará cambiar. Aquí te vamos a criar hasta el día donde tu mórbida belleza nos decida devorar.