Virtud del fauno.

Cuando era  bebe, un fauno me besó el cuello y me reveló un gran secreto al oído. Los días más puros de mi infancia los viví entre rosales de espuma con pájaros mudos, con un secreto florecido. Una vez supe crecer, volverme un joven limón en la espesura de la pradera, ser bello en soledad.  Busqué cariño en el barro que se forma después de la lluvia, ese que todos tienen miedo de pisar. Me ensucié y aprendí a limpiarme. Otra vez soy bello en soledad. El diablo apuntó a las rosas del jardín, las pretendió con total elegancia, con la luna llovida corriendo por mi espalda vi el cortejo. Un día cuando los fantasmas emigren al sur yo te hablaré de mi secreto, de las penas que florecen en los finales felices, de todo eso que nace y alguna vez acaba. Joven limón fue el designio con el que me bautizaron los faunos. Ellos no eran mis padres pero se comportaron como tales hasta la noche en que los traicioné. Supe comérmelos a todos, a mi padre fauno, a mi hermano fauno, a mi secreto fauno. Los lloré arrepentido, con cierto aire provocador y triunfante pero los lloré. Entre las nubes que fueron nuestros dioses, pronuncio el delicado secreto porque ya nada tengo que perder, por que no existe música que me pueda reverdecer. El fauno me dijo cuando era bebe: nunca nos amarás pero a nosotros eso jamás nos hará cambiar. Aquí te vamos a criar hasta el día donde tu mórbida belleza nos decida devorar.

2 comentarios en “Virtud del fauno.

  1. 🙂
    grandioso. grandioso he dicho.
    «Un día cuando los fantasmas emigren al sur yo te hablare de mi secreto, de las penas que florecen en los finales felices, de todo eso que nace y alguna vez acaba.»
    clap… clap clap… clap clap clap clap (alguien grita «bravo!). standing ovation

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